Detalles:
Imparte: Mª José Martín del Río (Arquitecto)

Desarrollo del curso: 9 octubre 2024 al 18 junio 2025
.- cada ciclo se compone de 9 conferencias de 1h

Presencial: Centro Social Corpus – Calle Juan Bravo, 2

  • Grupo A: miércoles 17 a 18h
  • Grupo B: miércoles 18:15 a 19:15h

Online:

  • Todos los viernes se enviará a los alumnos inscritos, un enlace al video de la conferencia impartida la semana anterior
  • Cada video estará disponible durante 3 semanas en las que se podrá visionar tantas veces como se desee.

Cuota trimestral: 80 €

Inscripción hasta el 18 de septiembre
Centro Social Corpus (Calle Juan Bravo, 2)
921.466.398 – gvelasco@fundaciontorreondelozoya.es

 

El objetivo de este proyecto siempre va dirigido a incentivar el diálogo personal y activo entre la obra de arte y el espectador, más que hacer una exposición teórica de abundantes datos memorísticos. Se trata de transmitir nuestra experiencia de la contemplación de la obra de arte como una experiencia vital, que toca nuestros sentimientos y que nos impulsa a interactuar con ella.

Las charlas se apoyarán con presentaciones en formato Power Point, en donde, además de la proyección de las propias obras de arte, se utilizarán recursos gráficos que pongan de manifiesto con la mayor claridad los contenidos de las charlas y faciliten la comprensión y la participación de los asistentes.

Nuestro propósito es compartir la experiencia de la contemplación de las obras de arte, fuera de tópicos, datos memorísticos y afirmaciones absolutas

En definitiva, pretendemos “entrenar” en el ejercicio de “mirar” el objeto artístico para establecer una comunicación activa entre artista, obra y espectador, con el objetivo prioritario de enriquecer e intensificar la experiencia, siempre personal, que conlleva la contemplación de las obras de arte.

MUJERES PINTORAS EN LOS SIGLOS XVI Y XVII

La pintura fue “inventada “por una mujer. Eso es lo que afirma Plinio el Viejo en su obra enciclopédica “Historia Natural” escrita en torno al año 77 dC

Pero, tras ese arranque glorioso, el papel de la mujer artista casi desaparece. Hasta finales del siglo XV, apenas nos encontramos con nombres femeninos asociados a la práctica de la pintura y en casi todos los casos, son monjas que pintan en la intimidad de sus conventos.

La nueva corriente humanista que desde el siglo XIV va barriendo la mentalidad medieval, abre un pequeño resquicio a la incorporación de la mujer en el ámbito artístico. Pero es una brecha muy pequeña, pues si, por una parte, hombres influyentes como Baldassare de Castiglione, abogan por la educación de la mujer en las artes (música, poesía…) en lo referente a la pintura, se les niegan a las mujeres los medios para su formación, como son el estudio de la anatomía, la copia de modelos desnudos y en general, la asistencia a los talleres de los maestros pintores, en donde los jóvenes discípulos iniciaban y completaban su aprendizaje.

Sofonisba Anguissola (1535-1625), nacida en Cremona, fue una de las primeras mujeres en alcanzar entre sus contemporáneos, el reconocimiento de “gran artista”, situándose a la altura de los mejores pintores de su tiempo. Su estatus artístico queda patente con su incorporación a la Corte Real de Felipe II entre los años 1559-1573.

Lavinia Fontana (1552-1614) será otra de las pintoras a las que nos referiremos en este ciclo. Nacida en Bolonia, fue la primera mujer que abrió un taller propio en la ciudad y pudo acceder a los mismos encargos de gran formato que sus contemporáneos masculinos, con reconocido exito

Artemisia Gentilleschi (1593-1653) Ya de lleno en el siglo XVII, admirará al mundo con sus impactantes cuadros de “Judith cortando la cabeza a Holofernes”, “Susana y los Viejos”, “La muerte de Lucrecia” y tantos otros, en los que su implicación en el acoso femenino perpetrado por hombres que se creen inmunes parece reflejar su propia experiencia: la violación a los 17 años seguida de un proceso judicial doloroso y cruel.

También hablaremos de otras grandes artistas, como Caterina Van Hemessen, Properzia de Rossi, Fede Galizia… que desarrollaron con éxito su profesión de artistas desde finales del siglo XV en paralelo a los inicios del feminismo, que tendrá en “La ciudad de las damas” publicado en 1405 por Cristine Pizan, su punto de partida.

Si bien las mujeres artistas a las que nos referimos alcanzaron gran prestigio en vida, en años posteriores, muchas de sus obras fueron atribuidas a grandes maestros de la pintura (Tiziano, El Greco, Sanchez Coello…) en un proceso de “sustracción de identidad” que contribuyó así a la invisibilización de sus importantes aportaciones a la historia del Arte

Fue principalmente desde la década de los 70 del pasado siglo cuando gracias a una intensa labor investigadora, se restituyeron a sus autoras femeninas, muchas de estas obras falsamente atribuidas a pintores masculinos.