El Torreón de Lozoya se suma a la celebración de la Noche del Patrimonio
Un horario especial permitirá disfrutar de la exposición dedicada a Eduardo Arroyo
El próximo sábado, 15 de septiembre, el Torreón de Lozoya-Museo de la Fundación Caja Segovia se unirá a la celebración de La Noche del Patrimonio, ofreciendo un horario especial de visita a la exposición “Eduardo Arroyo. Tríptico. Teatro, Arte y Literatura”, ampliando su apertura con carácter nocturno, de 21:25 a 23:25 horas.
La exposición se enmarca dentro del programa de artes plásticas que desarrolla el Hay Festival Segovia 2018 y cuenta con la colaboración de Acción Cultural Española.
La Noche del Patrimonio es una iniciativa que celebra la creación, hace ahora veinticinco años, del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, país que ocupa el tercer lugar en número de declaraciones de Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO, con la envidiable cifra de 47 inscripciones. Ha sido, precisamente, el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, quien ha ideado esta especial jornada que viene a coincidir con el Año Europeo del Patrimonio Cultural.
La Fundación Caja Segovia ha querido sumarse al evento, abriendo las puertas de uno de los más notables edificios del patrimonio histórico de esta ciudad: el Torreón de Lozoya, un complejo palacial de los siglos XV y XVI, destacada muestra de dos momentos trascendentales de la arquitectura civil segoviana.
En el periodo bajomedieval se configuró el edificio como casa fuerte torreada, contando con dos torres y un patio. La mayor y más interesante de ellas, “el Torreón”, con sus 8 por 9 metros de planta y sus 25 metros de altura, antecede a todo el complejo, anulando la visión del resto de la casa, pero exteriorizando la idiosincrasia señorial de sus dueños. Las cuatro alturas que se elevan sobre el zaguán sólo son accesibles por una pequeña puerta abierta al interior del núcleo propiamente habitacional, en la primera planta, como también ocurre en la segoviana Torre de Hércules. Todas ellas se iluminan por ventanas de distinto trazado, abiertas a la fachada sin una disposición ordenada y complementadas con troneras en forma de ojo de cerradura invertido. La última planta avanza sobre la fachada, apoyada en un matacán corrido y sus merlones son en realidad ventanas, al haberse construido un tejado sobre ellos. Sus cuatro fachadas se adornan con esgrafiados geométricos de tradición mudéjar, siendo un hito importante en la evolución histórica de este revestimiento, tan característico de la arquitectura segoviana.
A partir de 1550 se abrió una nueva etapa en el edificio, en la que fue transformado en un suntuoso palacio renacentista. Aquellas obras ampliaron el acceso y el zaguán originales, dotaron al inmueble de un patio porticado que cuenta con una epatante escalera y desahogadas estancias, e incluso se construyó una bella galería para disfrutar del jardín trasero. Este último ámbito fue adornado con esgrafiados de raigambre italiana, de modo que en los muros del edificio están presentes las dos grandes corrientes europeas de este revestimiento: la mudéjar y la renacentista. De aquella época, el edificio conserva igualmente chimeneas, arrimaderos de azulejos, rejas y una pintura mural que representa a La Anunciación, rodeada por grisallas, si bien la parte más notable corresponde a los espacios porticados, integrados por columnas y arquitrabes de granito, en los que se integraron medallones de emperadores romanos, realizados en piedra caliza.
Ya en el siglo pasado, entre 1967 y 1970, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia adquirió la propiedad del edificio, encargando su restauración al arquitecto Joaquín Vaquero Palacios. En 1971 comenzaban a celebrarse exposiciones, complementándose su uso con una intensa actividad protocolaria a partir de 1974. Hoy en manos de la Fundación Caja Segovia, el Torreón de Lozoya sigue adelante con su labor expositiva, estando pendiente la concesión de una licencia de obras para incorporar a su oferta cultural un museo, en el que mostrará un amplio panorama de las artes plásticas contemporáneas de nuestra ciudad y provincia, entre otros fondos de su colección.
La exposición que el Torreón de Lozoya suma a la celebración de La Noche del Patrimonio, “Eduardo Arroyo. Teatro, Arte y Literatura”, reúne más de medio centenar de piezas, integradas por esculturas, estampas, libros, fotografías y proyecciones de producciones teatrales y operísticas que han contado con escenografías de este creador, así como del documental “Arroyo. Exposición individual” que realizó Alberto Anaut, con producción del Círculo de Bellas Artes de Madrid, estrenado en 2012.
Aunque quizá Eduardo Arroyo sea más tópicamente conocido como pintor, lo cierto es que ha desarrollado una amplia producción en terrenos como la escultura, la cerámica, la ilustración, la escenografía, la estampa y el cartel, a los que se añaden sus propias obras literarias. La exposición hace hincapié en este perfil multidisciplinar, centrándose en tres de sus facetas.
Más de una veintena de montajes teatrales han contado con escenografías de Eduardo Arroyo desde que en 1967 comenzara a trabajar en este campo junto al actor y director alemán Klaus Michael Grüber. La exposición incluye fotografías de algunos de estos montajes y la proyección de varias secuencias, correspondientes a producciones como “La Walkiria”, “Tristán e Isolda”, “Las Bacantes” o “La muerte de Danton”.
Cinco importantes trípticos de obra gráfica y una amplia representación escultórica, con treinta y cinco piezas, todo ello realizado entre los años ochenta y 2017, nos sumergen en otras facetas artísticas de Arroyo, donde están presentes muchos de los ciclos que han presidido su labor creativa: el sentimiento de España, el retrato, la revisión de los personajes históricos, el mundo del boxeo, la mujer e incluso los tipos derivados de la estética del cine negro americano.
Por último, la exposición pone de relieve la amplia labor literaria de Arroyo, en la que confluyen géneros como la novela, la autobiografía, el ensayo o la investigación artística.
La exposición podrá contemplarse en las Salas del Palacio del Torreón de Lozoya hasta el próximo 18 de noviembre.