R e m b r a n d t

Genio de la estampa

Información de interés

Título de la exposición: “Rembrandt. Genio de la estampa”
Lugar: Torreón de Lozoya. Salas del Palacio (Pl. de San Martín, nº5. Segovia)
Fechas: Del 28 de mayo al 15 de agosto de 2021 – prorrogada hasta el 26 de septiembre de 2021
Horario: de martes a viernes, de 18:00 a 21:00 h. Sábados y festivos: de 12:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00 h. Lunes cerrado.
Organiza: Fundación Caja Segovia
Patrocinador: CaixaBank y Fundación Caja Segovia
Comisariado: Rosa Perales
Coordinación: Evolucionarte 2006-Jesús Rodríguez y Rafael Ruiz

Contenido: La muestra está integrada por 69 estampas debidas al artista holandés Rembrandt Harmenszoon Van Rijn (1606-1669), considerado uno de los genios indiscutibles del arte del grabado, capaz de influir en grandes maestros posteriores como Goya o Picasso. Procedentes de la colección milanesa de Elisa Moretti y Elisabetta Dal Bosco, las estampas se organizan en tres apartados temáticos. Los asuntos religiosos, extraídos del Antiguo y del Nuevo Testamento, tienen -como en su producción pictórica- una acusada presencia, derivada de la profunda religiosidad del artista. La temática de género protagoniza una segunda sección en la que aborda, entre otros motivos, la figura humana; destaca en su tratamiento la enorme humanidad y sentido crítico con que Rembrandt plasmó a las capas sociales más desfavorecidas. Por último, el capítulo dedicado al retrato reúne una galería de personajes del entorno del artista, marchantes, comerciantes y amigos, en cuyas imágenes muestra de manera simbólica los elementos propios de una sociedad próspera y libre.

 

La exposición “Rembrandt. Genio de la estampa” prorrogará su estancia en las Salas del Palacio del Torreón de Lozoya hasta el próximo 26 de septiembre.

Fruto de la colaboración de CaixaBank y la Fundación Caja Segovia, la exposición -que ya ha superado los 8.700 visitantes- reúne un total de 69 estampas debidas al artista holandés Rembrandt Harmenszoon Van Rijn (Leiden, 1606- Amsterdam, 1669), uno de los grandes maestros de la pintura barroca, pero también, uno de los genios indiscutibles del arte del grabado, capaz de influir en grandes maestros posteriores como Goya o Picasso.

Todas las obras, realizadas entre 1630 y 1659, proceden de la colección milanesa de Elisa Moretti y Elisabetta Dal Bosco, fruto de una labor coleccionista que se ha desarrollado a lo largo de más de treinta años.

La importancia de Rembrandt dentro del mundo del grabado fue reconocida en fecha bien temprana, siendo sus aguafuertes los responsables de la reputación internacional que el artista disfrutó en vida y de comentarios como el del gran pintor italiano Guercino, que en 1660 lo calificaba de gran virtuoso. Por aquellos mismos años, el inglés John Evelyn aludía en su ‘Historia del grabado’, al incomparable Rembrandt, cuyos aguafuertes y grabados al buril dan prueba de un ingenio absolutamente singular. También el teórico Filippo Baldinucci (‘Cominciamento dell’intagliare un rame’, 1686) destacó en Rembrandt su potente naturalismo frente a los ideales clásicos, cultivados por otros grabadores del momento. Esa tendencia por lo natural -en palabras de Rosa Perales, comisaria de la exposición-, le llevó a penetrar en imágenes de tintes románticos y gusto por lo pintoresco, que le aleja del ideal clásico, pero que, al mismo tiempo, le aproxima hacia un interés psicológico por el mundo de los sentimientos humanos, y más tarde, por una profunda religiosidad.

De todos estos aspectos, así como de la personalísima evolución técnica del maestro holandés, da cuenta esta exposición, que ha sido estructurada en tres grandes apartados. 

Estampas religiosas

Abraham e Isaac (1645)

Como hombre de su época, Rembrandt era profundamente religioso y no es de extrañar que un tercio de su obra acoja con múltiples variantes los temas bíblicos y, en especial, la vida de Cristo. El tratamiento técnico de sus estampas religiosas oscila entre los extremos de lo simple y lo monumental, de manera que, si inicialmente predomina el dibujo sobre la emoción, con el tiempo, su producción tiende hacia una profunda religiosidad y serenidad.

Obras especialmente destacadas de esta sección son las diferentes versiones de pasajes como ‘La huida a Egipto’, ‘El Descendimiento’, ‘Abraham e Isaac’ o ‘La resurrección de Lázaro’, tema este último, en el que destaca una estampa impresa en 1623, considerada como una de las cumbres de su arte, especialmente barroca en su escenografía, quizá por influjo de Rubens.

Tampoco pueden dejar de mencionarse piezas como ‘La muerte de la Virgen’, ‘La decapitación de San Juan Bautista’, ‘Cristo y la mujer de Samaria’, ‘La tunica de José’, ‘San Jerónimo en su escritorio’ o su grabado más famoso, realizado entre 1648 y 1650, el ‘Sermón de la Montaña’, llamado popularmente La estampa de los cien florines, porque un coleccionista estaba dispuesto a pagar esa cantidad. Esta imagen es modelo de unidad compositiva y preocupación atmosférica, basada en los contrastes de luz y sombra con tonos intermedios, y una profunda religiosidad que lo impregna todo. Se pone de manifiesto en ella la capacidad de su autor como dibujante, tanto por la rapidez y penetración de aguda visión, como por la capacidad de síntesis y por la unión de economía de medios y expresividad.

Temas de género

Rembrandt mostró, a lo largo de su vida, un interés especial por los tipos humanos, sus situaciones y el entorno psicológico en el que se movían. En la temática de género, destaca en el artista su gran humanidad, bien patente un grupo de estampas dedicadas a pequeños y marginados muchachos, realizadas en la década de 1620. Diez años después realiza magistrales imágenes de un anciano y una mujer, una pareja de mendigos cojeando con muletas, etc. que son un precedente de los grabados posteriores de artistas como Goya, para quien la técnica del grabado será, al igual que para Rembrandt, un medio de denuncia ante la violencia y el horror de la guerra. Estas obras reflejan en Rembrandt un sentimiento de desagrado por la difícil situación de los más oprimidos, y es evidente que él se identificó con ellos, mostrando los estados emocionales más profundos del ser humano.

Junto a figuras como las descritas, debemos incluir otros géneros como el paisaje, el bodegón, el oficio de artista o el desnudo, presentes en obras como ‘Músicos ambulantes’, ‘Tres rostros de mujer’, ‘Hombre que retrata a una modelo’, ‘Hombre desnudo sentado y otro de pie’, ‘Paisaje con vacas’, ‘Bañistas’, ‘El orfebre’…

En cuanto a su técnica, en este campo utiliza procedimientos variados, desde el buril al aguafuerte o la punta seca, adaptando con una pasmosa libertad gráfica sus diferentes prestaciones a fines puramente estéticos y expresivos. No en vano, Rembrandt es considerado uno de los mayores investigadores en técnicas de grabado y estampación, hasta el punto de que a veces da la impresión de que nunca consideraba una imagen totalmente acabada.

Retratos

A los dos años de sus inicios en el grabado, Rembrandt dominaba ya la técnica y realizaba una serie de retratos, entre los que destaca el de su madre, con fecha de 1628. Es un estudio de carácter penetrante, ejecutado en una red de líneas muy finas con las que captura juegos de luz, sombra y aire, de habilidad muy superior a la de cualquier grabador neerlandés.

En este apartado se reúne una galería de personajes del entorno del artista, marchantes, comerciantes y amigos, en cuyas imágenes muestra de manera simbólica los elementos propios de una sociedad próspera y libre.

No faltan tampoco, como ocurre en su producción de caballete, los autorretratos, en alguno de los cuales aparece junto a su esposa Saskia.

 

más información